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El precio de vivir cómodo es volverte frágil.
“Todo es veneno y nada es veneno, depende de la dosis.” Paracelso
En la Antigüedad, Mitrídates VI, rey del Ponto, temía ser envenenado y bebía pequeñas dosis de venenos cada día para hacerse inmune. De ahí viene la práctica llamada mitridatismo que se aplica todavía: por ejemplo, las vacunas o los tratamientos de inmunoterapia para alergias se basan en exponer al cuerpo a pequeñas dosis de lo que podría dañarlo en grande, hasta que genera tolerancia.
Siglos después, el farmacéutico alemán Hugo Schulz llevó este concepto a la ciencia. Estudiando microorganismos, descubrió que dosis bajas de sustancias tóxicas no los debilitaban, sino que los estimulaban a crecer.
Ese hallazgo, conocido como la Ley de Arndt-Schulz, mostró que lo que en exceso destruye, en la dosis justa fortalece. Si, así como lees: Lo que mata en exceso, fortalece en dosis justas.
Lo que te contamos contribuyó a entender lo que hoy llamamos hormesis: un concepto biológico que nos dice que el estrés, en pequeñas dosis, no solo no es malo, sino que nos hace más fuertes.
“Ningún árbol crece fuerte si no lo asaltan continuos vientos. Los árboles más débiles crecen en los valles soleados.” Séneca.
La vida moderna nos envuelve en un confort que nos debilita. Ponete a pensar:
Pasamos el 90 % del tiempo en interiores, con temperaturas estables de 20-23 °C. El frío y el calor casi no nos tocan.
Caminamos poco: la mayoría da 5.000 a 7.000 pasos diarios, cuando nuestro cuerpo está diseñado para moverse mucho más.
Rara vez sentimos hambre real o sed extrema, porque tenemos acceso constante a comida y bebida.
El esfuerzo físico y la incomodidad son la excepción, no la norma.
Todo esto suena ideal, pero es un problema: la comodidad permanente nos hace frágiles y vulnerables. Y no queremos eso, buscamos tener el control de una vida llena de vitalidad. Por eso necesitamos exponernos a estresores horméticos.
Los estoicos lo sabían: exponerse a la incomodidad era entrenamiento para la vida.
Séneca practicaba ayunos y ropa ligera en invierno para entrenar la mente frente a la escasez.
Epicteto decía: “La dificultad muestra lo que somos.”
Marco Aurelio recordaba: “Lo que estorba en el camino se convierte en el camino.”
Hoy tenemos nuestra propia versión de esos vientos:
Ejercicio intenso (fuerza, HIIT, CrossFit)
Duchas frías o exposición al calor (sauna)
Ayuno intermitente
Caminar más, aunque incomode
Conversaciones difíciles que entrenan la mente tanto como el cuerpo
La clave no es la ausencia de incomodidad, sino elegirla en dosis justas.
🔥 Reflexión de la semana
¿Qué incomodidad voluntaria podés elegir hoy para fortalecerte?
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Mejor cada día.
Ahabits.